Los grupos de origen arauaco que se establecieron a lo largo de las Antillas tenían conocimiento de la agricultura y la elaboración de la cerámica.Esto, junto con las condiciones ambientales propicias para la explotación agrícola, la caza y la pesca, posibilitó una forma de vida sedentaria.
Los distintos grupos de agricultores-ceramistas que se establecieron en la República Dominicana se pueden distinguir por los distintos tipos de cerámica decorada que elaboraban.
El registro arqueológico muestra que unos grupos desaparecieron, nuevos grupos aparecieron y otros coexistieron hasta la época en que empiezan a aparecer los rasgos que caracterizarían a las ocupaciones agrícolas-ceramistas tardías.
Las variaciones en las mareas y la distribución de las islas en el arco de las Antillas continuaron jugando un papel importante en las rutas migratorias, que habían sido establecidas por los grupos de origen arauaco que llegaron desde el continente miles de años antes.
Los nuevos conjuntos arauacos que se asentaban a lo largo del arco Antillano a partir del año 200 a.C., se agrupaban en comunidades altamente organizadas y trayeron consigo nuevas formas de organización social y estructuras económicas, que incluyeron la práctica de la agricultura y la elaboración de la cerámica pintada.
Estas nuevas migraciones continuaron durante varios siglos más hasta culminar con el desarrollo de las sociedades agrícolas complejas que encontraron los españoles en el siglo XVI.
Los igneri, cuya cultura se conoce como saladoide en Venezuela, interactuaron con las ocupaciones pre-agrícolas que existían en las Antillas.
Se asentaron principalmente en la isla de Trinidad, la isla de Vieques en Puerto Rico y el este de la República Dominicana.
Poseían una agricultura estable de quemas y talas periódicas; también pescaron en las zonas costeras.
La cerámica igneri era muy minuciosa, decorada con diseños en blanco sobre rojo y rojo sobre naranja, o asas con forma de “D”.
Los instrumentos de trabajo más significativos de este grupo fueron las hachas, raspadores, cucharas, punzones y pulidores.
Los grupos ostionoides de origen arauaco tuvieron un desarrollo local en la isla que hoy conocemos como Puerto Rico. Alrededor del año 600 d.C. llegaron por vía marítima a la isla de Santo Domingo, ocupándola casi en su totalidad.
Los ostionoides presentan rasgos de una sociedad con una organización socio-política compleja y autosuficiente.
Construyeron cementerios y plazas de juego. Habitaron y explotaron diversos medios ambientales —costas y valles— y dispusieron de técnicas eficientes para la producción agrícola, principalmente el cultivo de la yuca, complementada con la recolección y la pesca en alta mar.
A partir del año 600 d.C. las sociedades ostionoides empezaron a transformarse, lo cual es notorio, entre otras cosas, por las variaciones en las decoraciones cerámicas, siendo la más representativa la que se produce en el centro y este de la isla y en lo que se ha denominado estilo punta, por el yacimiento arqueológico de Punta Macao en Higüey.
Las ocupaciones punta se han asociado con grupos de agricultores que cultivaban a orillas de los ríos, aprovechando sus arenas limosas.